Prensa Agrotime: La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural impulsa, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), impulsa el desarrollo de nuevos métodos tecnológicos que permita incrementar la producción y calidad de nuevas variedades de garbanzo blanco y forrajero, esto como medida preventiva antes los efectos generados por los cambios climáticos.

Los métodos tecnológicos que se implementó para producir garbanzo tipo blanco, es el “modelo meteorológico de pronóstico de probabilidades de ocurrencia de las enfermedades de mayor importancia “, con el objetivo del que el productor refuercen las medidas de seguridad que les permita reducir el impacto de los efectos del cambio climáticos.

En referencia, al manejo de garbanzo forrajero se utilizó un programa de transferencia de tecnología, capacitación para que los productores usaran semilla básica de las variedades sugeridas, de acuerdo a lo difundido en el evento demostrativo, destacando que este proyecto es financiado por el gobiernos federal y estatal.

“En ambos productos se evalúan fechas de siembra, manejo óptimo de riego, nutrición, control adecuado de las principales plagas y uso de insecticidas para su control, así como la determinación de los agentes causales de las principales enfermedades del garbanzo en la región “.

Cabe destacar, que la investigación estuvo complementada en un Laboratorio de Biología Molecular para desarrollar el “programa de mejoramiento, investigación y diagnóstico sanitario de esta leguminosa “, donde han participado alrededor de 402 personas, entre lo que encontramos estudiantes, productores, técnicos, 37 publicaciones científicas e investigaciones técnicas, a todo ello le suman ocho eventos de capacitación, difusión para promover el cultivo del garbanzo blanco y forrajero.

Esta iniciativa se llevó a cabo con la finalidad de que los productores logren optimizar sus cultivos de garbanzo, que satisfaga las demandas del mercado nacional e internacional, incrementar una producción rentable, rendidora y de calidad que permita beneficios directos a los agricultores de pequeña y mediana escala, así como trazar nuevas líneas de comercialización y distribución que permitan garantizar la seguridad alimentaria.