Prensa Agrotime: El pescado, en general, es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, las cuales contienen todos los aminoácidos esenciales, también es rico en grasas que contienen una alta proporción de ácidos grasos insaturados, así como en vitaminas y minerales. También es un alimento muy perecedero, es decir que se altera rápidamente, lo que requiere que sea mantenido en las debidas condiciones de conservación hasta que sea consumido y que sea adquirido lo más fresco posible. Cuando se quiere comprar pescado, siempre existen dudas de si será fresco o no. Muchas personas no saben reconocer un pescado fresco, he aquí unas pequeñas claves: Utilizar los sentidos para determinar ciertas características del pescado que permiten saber si ha perdido su calidad para el consumo.

Como determinar si un Pescado en mal estado:

  • El olor: Los pescados en mal estado tiene un hedor fétido, rancio y en ocasiones con un olor a amoníaco.
  • La piel: En mal estado tiene piel muy blanda, se le desprende fácilmente las escamas y la carne.
  • Los ojos: En malas condiciones tiene los ojos hundidos, la córnea lechosa y la pupila gris, como si se tratara de una catarata.
  • Las agallas: Las agallas están detrás de la cabeza, y en mal estado son amarillentas o de color gris.
  • Las tripas: Esta zona es la primera afectada con el envejecimiento; en mal estado se encuentra hinchada o flácida y hundida.

Un pescado en buen estado debe corresponder a lo siguiente:

  • El olor: El pescado fresco huele a algas y mar y conserva todos sus nutrientes.
  • La piel: Es fresca tiene un color vivo, las escamas son duras y brillantes.
  • Los ojos: fresco tiene los ojos protruidos, pupila negra y brillante.
  • Las agallas: en buen estado dependiendo de la especie son rosadas o rojas, limpias, brillantes y sin mucosidades.
  • Tripa: la carne es dura y no resbaladiza.

Conoce algunas recomendaciones para la ingesta efectiva de pescado

Con el fin de no desperdiciar comida, se aconseja cocinar el pescado pocos días después de adquirirlo en el supermercado. De no poder hacerlo, se puede proceder a congelarlo y, de esta manera, se garantiza la integridad del producto. De hecho, la FAO también señala que la congelación prolonga la vida útil de todas las especies de peces. Así, se pueden conservar sus propiedades y se evita el riesgo de intoxicaciones alimentarias. El hecho de ingerir pescados guardados en el congelador después de unas semanas sin estar en el hogar puede traer consigo algunos riesgos. Esto se debe a que no sabemos si en ese tiempo fuera de casa hubo fallos en el servicio eléctrico con varios cortes del servicio.

No obstante, cabe destacar que los productos congelados adecuadamente no suelen durar más de dos días una vez descongelados. Por otro lado, volver a congelar nunca es recomendable. Si descubrimos pescado descongelado por fallos en la energía lo mejor es dar salida al producto. La refrigeración y la congelación solo evitan la proliferación de más bacterias, pero no llegan a matarlas. Esto favorece a que el proceso de descomposición se acelere. En síntesis, si se han presentado alteraciones en las técnicas de conservación, hay que desechar el producto.

Autor: Jesús Mosquera Foto: Archivo

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