Los cefalópodos o pulpos comunes (Octopus vulgaris) son una especie dioica, es decir, sus individuos pertenecen a uno de ambos sexos y resulta difícil distinguir un macho de una hembra en su etapa juvenil, en la edad adulta muestran claramente su diferenciación sexual. En los machos, de menor talla, el tercer brazo derecho se transforma en su tramo final y funciona como un pene, (hectocotilo). Otros dos de sus brazos poseen uno o dos pares de ventosas agrandadas siendo este uno de los caracteres morfológicos de los que carecen las hembras adultas.
Reproducción del pulpo
Dependiendo de la especie de pulpo, la reproducción puede ocurrir a partir de los 2 de meses de edad o cuando tienen más de 1 año. También dependiendo de la especie puede haber un cortejo o ritual antes del acoplamiento real. Para la mayoría de las especies esto es más una cuestión de conveniencia que otra cosa. Hay aspectos del apareamiento del pulpo que son similares en todas las especies. Los machos suelen morir dentro de unas semanas después que han encontrado a una compañera. Las hembras suelen morir poco después de poner sus huevos. Ese es un patrón muy peculiar en la vida de estas criaturas.
El proceso de apareamiento es muy inusual, ya que los machos utilizan uno de sus brazos para colocar un saco de esperma en una cavidad del cuerpo de la hembra. El saco de esperma puede permanecer en el interior de la hembra durante muchos meses antes de que ella produzca los huevos. El colocador de su cuerpo es capaz de mantenerlos vivos. Auque ella puede producir miles de huevos, el volumen de esperma entregado por el macho suele ser muy grande.
Una vez que se forman los óvulos permanecerán dentro de su cuerpo durante un período de varios meses. A medida que los va poniendo, esparcirá espermatozoides sobre ellos para fertilizarlos. Así el esperma nunca toca los huevos mientras se encuentran en el interior de su cuerpo. Este proceso puede ser muy metódico y consume mucho tiempo pues, aunque ella se mueve rápido, el volumen de huevos es elevado, puede alcanzar la cifra de 200 000. Las hembras no comen durante el último mes antes de poner los huevos. Cuando está lista para depositarlos busca un lugar seguro en el agua para ocultarlos. También tendrá el deber de mantenerlos limpios soplando agua sobre ellos para crear burbujas.
Puede demorar entre dos y un máximo de diez meses desde el momento que ella pone los huevos hasta que están listos para eclosionar. El marco de tiempo dependerá de la especie de pulpo. La madre pasa el último mes haciendo todo lo posible para proteger a estos huevos de los depredadores, sin embargo estará a punto de morir cuando llegue el nacimiento.
Las crías recién nacidas son capaces de sobrevivir instintivamente por su cuenta. Tienen que permanecer bastante cerca de la superficie del agua para alimentarse y crecer. Después de algunos meses son capaces de moverse a las capas inferiores del suelo marino. Más de 2/3 de los jóvenes serán devorados en las primeras semanas de vida por los depredadores. Los que sobreviven se alimentan de plancton. Para lograr la supervivencia global de la especie, los jóvenes pulpos crecen muy rápidamente. Se estima que crecen un 5% de su tamaño total cada día hasta que son completamente maduros. Su ciclo de la vida es uno de los más rápidos en el reino animal. Como adultos la muerte llega pocas veces de manos de los depredadores. En su lugar, se deberá al apareamiento y al funcionamiento de su organismo.
España lidera el camino en cuanto a cría de pulpos en piscifactorías
La producción española de ‘Octopus vulgaris’ ocurre actualmente, al menos de manera experimental, en tanques en tierra, en redes de mar abierto y en ‘ranchos’ donde los pulpos capturados en la naturaleza se crían en cautiverio, siendo el Instituto Español de Oceanografía (IE) en Vigo el que ha llevado a cabo la mayor parte de las investigaciones publicadas sobre el cultivo de pulpos. También se están realizando investigaciones en Portugal y Grecia y la cría de pulpos se está probando, asimismo, en Italia y Australia. Del mismo modo, una granja en la península de Yucatán, en México, ha cultivado con éxito otra especie, ‘Octopus maya’, y los intentos de cultivar pulpos están en marcha en otras partes de América Latina, incluido Chile. En China, se están cultivando experimentalmente hasta ocho especies diferentes de pulpos. Lo mismo sucede en Japón.